Chantal Anne Akerman nació el 6 de junio de 1950 en Bruselas, Bélgica. Reside en París y posiblemente sea la directora europea más relevante de los años 70 y 80 con un estilo muy personal y libre.
Filmó su primera película con 18 años Saute ma ville (1968) y en 1972 rueda el documental Hôtel Monterey. Su primera película con sonido fue en 1974 y lleva por título Je, tu, il, elle. En 1976 realiza su obra más ambiciosa Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles.
Algunas de sus creaciones posteriores son Los encuentros de Anna (1978), Histories d´Amérique (1988), Noche y día (1991), Romance en Nueva York (1996), La cautiva (2000), Là-bas (2006) o La Almayer Folie (2011).
Un contenido repetido a lo largo de su filmografía es la compasión por los desposeídos, es una gran creadora de melodramas feministas y en sus films aborda temas relacionados con los rituales diarios. Su narrativa es minimalista, utiliza mucho la cámara estática y presta un cuidado obsesivo a los detalles. Predomina en sus películas un humor negro y pesimista.
Pese a que sus films no suelen exhibirse fuera de los circuitos de los festivales es una directora que ha influido notablemente en una joven generación de realizadoras feministas.
Filmó su primera película con 18 años Saute ma ville (1968) y en 1972 rueda el documental Hôtel Monterey. Su primera película con sonido fue en 1974 y lleva por título Je, tu, il, elle. En 1976 realiza su obra más ambiciosa Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles.
Algunas de sus creaciones posteriores son Los encuentros de Anna (1978), Histories d´Amérique (1988), Noche y día (1991), Romance en Nueva York (1996), La cautiva (2000), Là-bas (2006) o La Almayer Folie (2011).
Un contenido repetido a lo largo de su filmografía es la compasión por los desposeídos, es una gran creadora de melodramas feministas y en sus films aborda temas relacionados con los rituales diarios. Su narrativa es minimalista, utiliza mucho la cámara estática y presta un cuidado obsesivo a los detalles. Predomina en sus películas un humor negro y pesimista.
Pese a que sus films no suelen exhibirse fuera de los circuitos de los festivales es una directora que ha influido notablemente en una joven generación de realizadoras feministas.
"Aún me gusta trabajar con relativa sencillez, con largas tomas y primeros planos"